II SAHARA CROSS

9 de la mañana. Me levanto sin que suene el despertador (Madre que moza jejeje) a pesar de que ayer nos acostamos un pelín tarde. Es la II edición del Sahara Cross por el monte de San Isidro de León. Una carrera popular y benéfica que además organiza un amigo, así que como no podía ser de otra manera, #tortugastrailleon tienen que hacer acto de presencia.

Jolín! Ya tengo un nudo en el estómago, pero si no me juego “naa” de “naa”, ¿por qué me tengo que poner tan nerviosa? Pienso para mí que es como salir cualquier otro día a correr, pero no consigo engañar a mi maliciosa mente.

Llegamos al parking, no hay demasiada gente y hace "fresquevere ". Aitor decide ponerse la térmica debajo de la camiseta de tortugas, además no ha dormido muy bien, y cogido algo de frío (es lo tiene dormir con el trasero al aire, como dice el refrán). Cogemos nuestros dorsales y como es pronto, nos vamos a dar un paseín por el área recreativa.

15 minutos después le digo a Aitor: “Ufff vamos a regresar, no siendo que nos perdamos la salida”, y para nuestra sorpresa ya había bastante más ambiente, gente, música, altavoces… Coincidimos con más amigos del gimnasio que también se han animado a participar. Llegamos al coche y empezamos a prepararnos, nos cambiamos de zapatillas y nos desprendemos de la ropa que nos sobra (Aitor que bien te quedan tus mallas nuevas de la UTPE).

Ya estamos listos para empezar y vemos que al fondo aparecen las tortugas Santi y Ana. David y Lucí también se habían animado a correr, pero cambio de planes de última hora les impiden acercarse al evento (“cachisssssss” os hemos echado de menos!).

Cómo no, nos hacemos las fotos de rigor (con carita de felicidad, porque la del final es todo un poema jejeje). Estamos en la salida, en primera fila, todo postureo y para la foto claro porque en unos instantes, se oye: “preparados, listos, ya”. Pues oye, que como agua que es absorbida por una esponja seca que cae a un estanque, así me siento yo. En los primeros metros ya estamos en la segunda mitad del grupo… en fin!!! Y acabamos de empezar… pienso. En los primeros dos kms nos va pasando un corredor y otro corredor y el de más allá… y de vez en cuando se oye decir: ¡Ánimo tortugas, vamos arriba! (los atletas que nos pasan y nos conocen también nos van animando, cómo se agradece). Luego ya la cosa se va estabilizando y aunque alguno sigue pasándonos es más bien hacer “goming”, es decir, ahora me pasas tú y luego te paso yo… Es un continuo subir y bajar y Aitor, que ha decidido hacer la carrera conmigo (muchas gracias chato) insiste en que lleve mi ritmo y me despreocupe del resto. Me va animando todo el rato, y dándome datos de los kilómetros que llevamos (que no sé si me ayuda o me desanima, dios, voy hecha una piltrafilla).

Vamos por el km 4 y se oyen las voces al fondo (es momento de dar un poco más, aunque no sé de dónde sacarlo…). Allí estaba el grupo de tortugas Ana, Santi, Laura y la pequeña Graciela. Chic@s gracias por acercaros a dejar allí vuestras gargantas! Nada más pasarles comienza una larga subida que al fondo se hace bastante pronunciada… pues nada, andando toca. Al final de la cuesta y girando a la izquierda de nuevo: Vamos tortugas, que no se diga!! Allí está Félix con su cámara haciendo fotos (esperamos haber salido guapos jejejeje).

Llegamos a un punto en el que nos vamos cruzando con los más rápidos (a ellos ya les queda menos, que suertudos!) y es momento de ir adelantando a los andarines que también se han animado a participar en esta disciplina. Muchas gracias también a todos ellos y a los colaboradores, que en todo momento iban dando ánimos y aplaudiendo (y yo se lo agradecía con un movimiento de manos porque no podía ni articular palabra). Ya voy notando el pie derecho, de nuevo me marca el playero… creo que para la próxima me cortaré los pies o iré en bici jajaja

Casi sin darnos cuenta llegamos al camino paralelo a la carretera de la Robla, ahora ya sí que sólo queda una larga bajada. Justo antes de empezar adelantamos a cuatro corredores, cosa que me anima, pero cuando ya llegamos a la parte llana y a unos 200 metros de la meta, nos vuelven a pasar. Aitor trata de darme ánimos para seguirlos, pero ya no tengo de dónde sacar fuerzas, y por fin escuchamos de nuevo las voces de las tortugas animando, lo que significa que la meta está ahí. Llego tan al límite, que necesito unos segundos para recuperar el aliento y poder hablar con ellos.

Ahora toca comer empanada y beber cerveza, avituallamiento de final de carrera jejeje.

El grupo de tortugas va marchando a tomar el vermut. Nosotros aguantamos un poco pues hay sorteo y ¿quién sabe? Igual se repite la fortuna de Lario, pero esta vez no… nos quedamos con las ganas. Finalmente nos reunimos con el resto, aunque ya llegamos a tiempo de pagar, pero nos da para comprar unos riquísimos pasteles (ah!! Que tienen 8.000 calorías y engordan… bueno, sin problema, dejé mi carrera de modelo para poder darme estos caprichos y un buenísimo pan.

En fin, gran carrera, gran día y gran compañía, aunque Aitor… me has sacado hasta los higadillos!!! Pero gracias, así me he esforzado más.

Mónica