El Snowcross de Leitariegos se presentaba como una experiencia nueva para mí, y es que
aunque he corrido un montón de veces por nieve- jugando de chaval, entrenando y a veces en
algún tramo de alguna carrera de montaña- nunca había corrido una carrera íntegramente por
la nieve. También era nueva para mí la sensación de correr con crampones porque siempre
que me había calzado unos era para escalar una montaña con hielo. Por lo tanto todo era
bastante nuevo y muy excitante. Las semanas anteriores hubo bastante incertidumbre por la
escasez de nieve, pero finalmente los reyes magos nos trajeron una buena nevada y suficiente
cantidad para hacer la carrera íntegramente por nieve.
Nos habíamos inscrito dos tortugas, pero finalmente Marcos no pudo venir, así que yo fui la
única representación tortuguil en esta ocasión. Me fui con la familia a pasar el día, comimos
por allí y nos tiramos unas cuantas veces en trineo por unas cuestas al lado de la estación y ya
cuando se acercaba la hora del cierre de la misma cambié el chip, me puse las mallas, las
zapatillas y me preparé para correr.
No se trataba de una carrera multitudinaria, pero nada más empezar ya se notaba que el nivel
era bastante alto. La organización había preparado un recorrido duro y sin tregua, como
demuestran sus números, 2000 m de desnivel acumulado en 10.000 m no es moco de pavo.
Se trata de un circuito al que hay que dar dos vueltas y en cada una de ellas se pasa dos veces
por la parte baja de la estación por lo que los acompañantes tienen ocasión de verte cuatro
veces además de la salida y la meta, si no se quedan congelados, claro. La carrera no te da ni
un respiro y nada más empezar ya tienes una cuestona por una de las pistas rojas de la
estación, Abedules, después sin solución de continuidad bajada por una pista azul y una nueva
subida y casi sin darte cuenta ya estás bajando por El Tubo, roja también y con bastante
desnivel, cuando esquías no parecen tan pendientes esas jodias cuestas.
En esta primera bajada fuerte muchos bajaron rodando algún tramo, otros haciendo culo esquí
y no faltó quien bajó de morros a toda velocidad como quien se tira por un tobogán en un
parque acuático. Yo preferí ir con precaución en la primera vuelta, adaptándome poco a poco
a correr con crampones.
Al acabar esta cuesta justo después de recibir el ánimo de la familia y del resto de
espectadores comenzaba la segunda subida fuerte del día por la otra pista roja, Sevales.
continuación toca volar por la bajada más tendida y la parte más corríble del recorrido. De
nuevo paso por la zona baja de la estación, nuevos ánimos y comienzo de la segunda vuelta.
Disfruté mucho más de esta vuelta, yendo de menos a más como de costumbre en las subidas
y sobre todo dándolo todo en las bajadas, ya adaptado a correr por nieve y con crampones.
Sólo me queda felicitar a la organización por aportar cosas nuevas con este formato, ha sido
una experiencia diferente y muy divertida. Habrá que repetir en próximas ediciones, quién
sabe si aprovechando el día para esquiar y terminar corriendo.
Que pasada, nos puedes comentar si eran crampones o otro material parecido?, por que es una pasada correr con pinchos y no clavartelos, de todas las maneras es una gozada que nos traigas esas sensaciones para los que somos nuevos en estos menesteres, que material llevabas?.
ResponderEliminarsaludos y enhorabuena.