Después de dos San Silvestres este año, la
tercera y última en la que las Tortugas Trail León iban a estar presentes era,
ni más ni menos, que en Arnedo, un entrañable pueblo de La Rioja. Y digo lo de
“entrañable” porque me toca la fibra sensible….es mi pueblo!!jajaja
Como ya he comentado en alguna de mis
crónicas anteriores, en mayo de este mismo año, cuando me decidí a empezar a
iniciarme en esto del running, yo no era capaz de correr ni dos minutos
seguidos. Poco a poco me fui entrenando, y….ya véis! Ahora ya he disputado unas
cuantas carreras. Así que, no hace falta que os cuente la gran ilusión que me
daba correr por fín en mi pueblo.
La carrera era muy cortita, unas tres
vueltas a un circuito de poco más de 1,2 km, recorriendo las calles más
céntricas y concurridas de Arnedo. Para poder optar al dorsal lo único que
necesitamos era decir el nombre, la edad y aportar de forma opcional un kg de
alimentos no perecederos para el banco de alimentos. Así que, todo estaba ya preparado:
a correr!
Tras las fotos oportunas antes de empezar,
nos pusimos a calentar. Esta vez era muy importante hacerlo bien, pues eran
pocos km y necesitábamos salir ya “al lío”. Y tuve una sensación algo extraña:
pues estaba acostumbrada a encontrarme con leoneses en la línea de salida.
Siempre el ambiente precarrera es genial, cuando saludas a todo el mundo, con
la impresión de estar dentro de un grupo de amigos que se ven todas las semanas
en el mismo sitio y a la misma hora. Pero esta vez, no fue así. Allí estaban
muchos de mis compañeros de colegio e instituto, amigos de toda la vida a los
cuáles hacía mucho que no veía. Y sobretodo, que se sorprendían gratamente
al ver que iba a correr a su lado!
La carrera comenzó, y como siempre, la
primera vuelta fue para tantear el recorrido, y ver como andaba de fuerzas.
Marcos ya salió pitando, y yo me reservé un poco. Y es que, la de hoy era la
tercera San Silvestre que corríamos en sólo cinco días. La primera vuelta bien,
terminando de calentar, y viendo como todos los que habían salido a tope al
principio se iban desinflando. Había mucha gente disfrazada, en proporción
mucha más que en León. Si por algo dicen que los riojanos somos un poco
“payasetes”….jajaja. En la segunda vuelta me empecé a encontrar mucho mejor,
podía acelerar, y los ánimos de mis paisanos por todo el recorrido daban aún
algo más de fuerza. Ya la última vuelta
fue la más rápida, sabiendo que estaba disfrutando y que no lo estaba haciendo
tan mal, al fin y al cabo.
En la llegada a meta estaba Marcos, y
amigos para saludarme y decirme eso de
“feliz noche”, “nos vemos luego a los vinos, verdad?” jajaja.
Sin duda las carreras cada vez me gustan
más, y esta última del año fue la perfecta para despedir un 2014 genial. Con
muchos retos conseguidos, muchas alegrías disfrutadas, también momentos duros,
claro está, pero que fueron superados siempre mirando hacia adelante, hacia ese
2015 que acaba de comenzar. Y en el que seguiré esforzándome por mejorar y
estrujar cada segundo como se merece.
Feliz año nuevo a todos!!
por Vero
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