XI RUTA DE LAS FORTALEZAS
Finalizado uno de los retos que más ganas le tenía, la Ruta de las Fortalezas, carrera de 50 kilómetros que unen diferentes castillos y fortalezas a través de la costa y puerto natural de la milenaria ciudad de Cartagena, ciudad donde viví durante toda mi adolescencia, donde estuve destinado como Infante de Marina y la ciudad con la que me siento identificado.
Os podéis imaginar que son muchas las razones por las cuales esta cita es tan importante para mí: en primer lugar es la ciudad donde conocí a la mujer de mi vida Mar, en segundo lugar recorrer su centro por donde tantas veces he paseado en mi juventud, en tercer lugar subir y bajar por esos montes en los cuales, en los últimos tres años como infante de marina, he pasado frio, hambre, sed, sueño y penurias y por último la gran organización de la carrera, que está a cargo de la Gloriosa Infantería Marina, cuerpo militar que se encargó de convertir a un niño en un soldado, que me grabó a fuego valores como son espíritu de sacrificio, lealtad, honor, compañerismo, capacidad de sufrimiento, constancia etc, , cuerpo el cual tiene la culpa en gran parte de la persona que hoy soy, así que con este preámbulo, nada podía salir mal.
En el 2019 ya había formalizado mi inscripción para la Ruta, pero como ya todo el mundo sabe la pandemia no hizo posible que se celebrara, así que hemos tenido que esperar dos años para poder disfrutar de este evento.
Mi esposa y tortuga Mar, también se sube al carro en esta machada y consigue dorsal in xtremis, también le hace mucha ilusión porque ella también estuvo en Infantería de Marina y vivió en Cartagena durante 4 años.
La verdad que el plan de viaje y carrera fue una locura, viernes 7 horas de viaje Logroño-Cartagena, sábado 50 kilómetros de carrera y domingo otras 7n horas de vuelta Cartagena-Logroño, pero la ocasión lo merecía y tras terminar se corroboró que fue una paliza que volveríamos a hacer, el año que viene ya lo tenemos pensado.
En Cartagena vive mi hermano Antonio, también Infante de Marina, y como no podía ser de otra manera participante en la Ruta, aunque partía con la rodilla un poco tocada. Mi primo José Jaime, que también estaba inscrito se quedó en el camino durante la preparación por lesión así que desde aquí le quiero dar ánimos y una pronta recuperación.
Una vez finalizada la introducción nos vamos a meter de lleno en la carrera. A las 07:00 toca diana y vamos caminando hacia el Puerto de Cartagena , lugar desde donde empieza la hazaña. Vamos los tres mosqueteros con nerviosismo, pero con mucha ilusión.
A las 08:00 ya en los cajones de salida se efectúa el izado de bandera , posición de firmes y el himno de España, se me puso la piel de gallina en aquel instante y ahora mismo mientras escribo.
A los 08:05 se da la salida, Mar va a ir a su ritmito y mi hermano y yo vamos tirando entre la multitud haciéndonos hueco poco a poco.
Recorremos el puerto de Cartagena y subimos al primer castillo denominado Castillo de los Moros sin ninguna complicación, aún vamos al trote. Paso a paso nos vamos acercando a la primera subida fuerte , Sierra Gorda, larga subida por camino en el que coinciden los que van subiendo y los que ya han subido y bajan , los primeros van como aviones.
Una vez arriba me lanzo y al finalizar esta primera bajada, espero un poco a mi hermano que se queda rezagado. Cuando empecé a correr de nuevo me costó arrancar otra vez, así que ya durante toda la carrera intenté no parar , solamente lo necesario, aún quedaban 40 kilómetros aproximadamente por lo que decidimos separarnos y que cada uno fuera a su ritmo.
Continuaba mi aventura en solitario, trotando los siguientes kilómetros hasta la segunda subida del día, Monte del Calvario, subida potente que hago andando a un ritmo bastante bueno.
Una vez arriba , se desciende ligeramente a través de un cresteo por un pedregal, llegando a la siguiente subida, el Castillo de San Julián, a estas alturas seguía flipando de lo que me estaba gustando la ruta, paisajes espectaculares, por un lado Cartagena y por otro el mar Mediterráneo, de verdad que iba feliz.
Seguimos puliendo kilómetros para llegar a un sitio emblemático para mi, Cala Cortina, y desde ahí hacia el centro de Cartagena con unos 4 kilómetros por asfalto llanos hasta la subida al Castillo de los Patos, con unas vistas espectaculares del Puerto y de todos las fortalezas y castillos subidos y los que nos quedan por subir.
Después de dejar el último castillo, la ruta nos regala un tour por el centro de Cartagena que es una auténtica maravilla, Circo Romano, Catedral de Cartagena, Calle Santa Florentina, Calle del Carmen para adentrarnos en el Arsenal Militar, hacer unos 3 kilómetros y comenzar la subida a la Batería de Fajardo. De nuevo la inmensidad del mar me acompaña durante mi recorrido, simplemente impresionante.
Continuamos, y después de bajar el último castillo empezamos a subir hacia el Castillo de Galeras, subida en zig-zag de asfalto y de unos 2,5 kilómetros, mismo camino para bajar y recorrer la recta de la Algameca, carretera que tantas veces hice para subir al cuartel donde estaba destinado.
Al final de la recta y después de callejear un poco comienza una subida por monte de pinos seguido de una leve bajada y ya la definitiva y última subida al Castillo de las Atalayas, la más dura con diferencia de toda la ruta, comienza por camino, sendero y piedra con una pendiente muy considerable , los último 200 metros son de asfalto. Las piernas ya van dando avisos , los gemelos hacen intención de contraerse, por lo que voy más despacio en la bajada, una vez terminado el descenso restan un par de kilómetros para entrar en la Escuela de Infantería de Marina Albacete y Fuster, donde está la meta, la cual cruzo emocionado después de 06 horas y 12 minutos de disfrute total por mi tierra.
Mar llegó en un tiempo de 07 horas y 52 minutos con los ojos encharcados de lágrimas de la emoción, he de decir que es una jabata, para lo poco que había entrenado, para los obstáculos que hubo que superar y para recorrer 50 kilómetros , esta chica cada vez me sorprende más y cada vez me enorgullece más estar a su lado. Enhorabuena cariño.
En términos generales puedo decir varias cosas sobre la Ruta de las Fortalezas:
- Bolsa del corredor completa: sándwiches, agua, camiseta , medalla, barrita, fruta etc.( la misma bolsa con comida se vuelve a dar en la llegada)
-A lo largo de toda la carrera hay avituallamientos de la organización con todo lo que puedas necesitar, agua, isotónicos, barritas, sándwiches, donuts, gominolas, frutos secos, pero es que aparte había un avituallamiento antes de llegar a meta con cerveza. No es necesario llevar absolutamente de nada.
-Por otro lado, había en sitios estratégicos, personal de Cruz Roja, con réflex y lo que necesitaras, super amables y voluntariosos, como ejemplo cuando me empezaron a dar amagos de tirones en los gemelos , un chico me roció las piernas en reflex , animándome como si me conociera de toda la vida.
- Igualmente durante todo el recorrido hay Infantes de Marina para ayudar en lo que puedan, dando ánimos a todos los participantes, gente que pasaría ahí todo el día en el monte solamente para servir a los corredores, mis respetos y admiración hacia ellos.
-En meta , con la bolsa del corredor, venia un ticket para una cerveza, me tomé 12, después de llevar un tiempo en la explanada de meta ya era barra libre, podías beber las que quisieras. También había otro bar donde poder comer bocatas.
-En cuanto a paisajes , simplemente increíbles, el recorrido es de los que me gustan a mí, duros, con desnivel, pero por caminos, aunque también hay sitios de monte sin camino, piedras y muy escarpados, sobre todo en la subida al Castillo de las Atalayas.
- Y para finalizar la gente de Cartagena entregada a la carrera.
Si hubiera que poner un pero sería que no se dispone de duchas para los corredores, pero como mi hermano esta ahí destinado nos pudimos duchar , salió todo redondo.
En definitiva , es sino recuerdo mal , la mejor carrera que he hecho, de la que me queda un recuerdo inolvidable.
Fdo. Triki
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