UA-51285685-1 Equipo leonés de Trail Running : TORTUGAS TRAIL LEÓN: Matallana de Torio 2021 - 34K

domingo, 12 de diciembre de 2021

Matallana de Torio 2021 - 34K

Domingo 5 de diciembre de 2021, 7:45 de la mañana, Robles de la Valcueva, municipio de Matallana de Torio. Aquí estamos dos tortugas a por el dorsal de la carrera de 34 km. La predicción del tiempo se cumple y nos confirman que tendremos nieve en muchas zonas del recorrido. Sabemos que nos enfrentamos a una carrera complicada por distancia y desnivel, y además con dificultad incrementada por las condiciones del terreno a causa de las precipitaciones.

No perdemos la tradición de nuestro té en el bar del pueblo y rápidamente a prepararnos para la salida. Aunque conocemos bien esta carrera en la que hemos participado en todas sus ediciones, siempre la organización nos tiene preparada alguna novedad que precisamente no es para ponerlo más fácil.

Arco de salida sonando Pantera de fondo y las palabras de “ánimo” del speaker: “¡muchos no vais a terminaaaarrrr!” jajajajaja ¡ese Miguel dando caña, como siempre!... 8:30 y comenzamos!

Primeras rampas por las pistas que salen de Robles. El terreno no está demasiado mal y me permite incluso mantener un trote cochinero en las subidas más suaves. Víctor ajusta su ritmo y ya no nos volveremos a ver hasta el final de la carrera. Estos primeros kilómetros por pistas forestales y cortafuegos son los menos complicados de la carrera, con bajadas corribles de auténtico vuelo que nos llevan hasta Pardavé tras los siete primeros kilómetros. Primer sector conseguido… así lo llevo en mi cabeza, con el recorrido divido en diferentes hitos parciales que me permiten gestionar mejor la carrera y me anima cada vez que cumplo las metas parciales que me he marcado.


Segundo sector: Pardavé-Naredo. Atravesamos Pardavé cruzando el río y tras pasar la vía de Feve, atacamos la rampa que nos va a subir hacia el bosque que tendremos antes de llegar al siguiente pueblo. Por esta zona ya nos vamos encontrando nieve por el recorrido y algunas bajadas ya empiezan a complicarse por la combinación con el barro. Primeros patinazos de aperitivo a unas cuantas caídas que voy a ir teniendo durante la carrera, ya que muchas de las bajadas se complican además por el material suelto que encontramos en muchas zonas, herencia de las escombreras de minas.


Tercer sector: Naredo-Bardaya. Tras la bajada lanzada hasta el avituallamiento de Naredo, continúa la carrera hacia Estación de Matallana por pistas y senderos entre robles. Voy sintiendo fatiga pero aún me veo con fuerzas para disfrutar las bajadas cargadas de nieve, derrapando y con algún revolcón que otro sin mayores consecuencias. Llegada al río y corremos por su margen izquierda hasta el puente de la carretera que de Orzonaga, para continuar por la vía Bardaya. Este año si nos hubiesen metido en el río por donde la cuerda muchos habríamos hecho duatlón…

Cuarto sector: Bardaya-Valdesalinas: Ya casi en el ecuador de la carrera y parece que aún queda gasolina, aunque en esta zona más abierta la subida se hace durísima por el barro y por el viento gélido que viene de las hoces.

Desde aquí hasta el comienzo de Coto Salón lo tengo muy pateado, así que decido regular para afrontar la subida desde el calero y poder mantener un trote cochinero en la parte alta. Bajada rápida para llegar a Valdesalinas, y primera sorpresa para mí, pues la carrera no sigue el recorrido de otros años y nos desvían a la izquierda para subir un pequeño monte donde toca hacer esfuerzos extras por el barro y la pendiente. He de decir que me gusta mucho el cambio. Bajando de esta zona se llega al avituallamiento que tenemos antes de afrontar la subida a la cota más alta de la carrera, donde un año más estaba Javi con sus ya tradicionales cervezas para Nacho, bien fresquitas dentro de la nieve.


Quinto sector: Valdesalinas-Coto Salón. Y así, nevando cada vez más avanzo solo por la subida a Coto Salón. Aunque hay mucha nieve, está bastante pisada y no se avanza demasiado mal. En mitad de la subida me adelanta una chica que iba con muy buen ritmo. A medida que ascendemos, la nevada es más copiosa, el viento frío se siente con más intensidad y no hay mucha visibilidad.

Sexto sector: Coto Salón-La Valcueva. Llego arriba bastante fatigado para comenzar aquí una nueva variante en la carrera ya que nos desvían hacia la peña de la Valcueva, que en un día normal no tiene gran dificultad, y tiene un cresteo muy chulo, pero la nieve y el viento helado lo complica bastante. Tanto es así que tras coronar esta peñina, la bajada está complicada y es aquí donde me encuentro accidentada a la corredora que me había adelantado en la subida al coto. Una mala caída que le afecta seriamente una pierna que apenas puede apoyar (he sabido después que ha tenido fisura de tibia).

Desde el punto en el que estamos se puede ver la antigua mina, así que varios corredores nos organizamos para ayudarla en la bajada y acercarla todo lo posible a la zona de la mina que tiene acceso a vehículos. La primera parte de bajada se hace muy complicada ya que está muy resbaladiza. El viento sopla fuerte y se está quedando helada. Poco a poco vamos avanzando con mucha precaución hasta llegar al fin a las naves de la antigua explotación minera donde un coche de la organización ya ha llegado rápidamente para recogerla. Casualmente se trata de Héctor, profe del cole donde estudian mis hijos, que está colaborando este año con la carrera, y que nos conocemos desde hace muchos años (¡un gran tipo!).

En este momento dudo en retirarme. Me he quedado muy muy frío y no sé muy bien cuánto me he desviado del recorrido, ya que esta parte es nueva para mí. En fin, decido arrancar de nuevo (Héctor me anima a continuar) y junto con los otros dos corredores que nos quedamos ayudando, empiezo la parte de la carrera que se me va a hacer durísima. Me he enfriado demasiado y voy muy justito. No lo paso muy bien por esta zona, con mucha nieve, viento, y bajadas muy resbaladizas. Toca apretar dientes.

Séptimo sector: La Valcueva-La Cruz. Al fin llego al pueblo. Como decía antes, pasar otra meta volante es una inyección de moral y en este momento de la carrera, la estoy necesitando mucho. Agradezco llegar al avituallamiento, parar un rato y tratar de recuperar algo y estirar, ya que voy con calambres. Tras la parada, veo que toca poner marcha corta y tirar de bastón hasta llegar a la cruz (¡ay madre qué justico voy!).

Octavo sector: La Cruz – Robles. Voy por terreno conocido. Sé que me queda sólo un repecho final tras la bajada de la cruz. Aun así, esta parte final voy a ritmo de seise, como diría Nachín. Al comienzo de la subida final me encuentro con la tortuga Javi, que estaba en la de 16. Nos damos un abrazo de ánimo y a seguir. Ni siquiera en la bajada final cojo ritmo como en otros años. Me concentro en mantener un trote cochinero hasta al fin cruzar meta tras 5 horas y 40 minutos. Rápido al coche a cambiarme, entrar en calor e ir después a por un buen plato de alubias de la olla ferroviaria, gentileza de la organización, que me sentaron estupendamente.


Tras algo más de una hora de espera junto al arco de meta, recibo una llamada de Víctor para explicarme que está cerrando la carrera y que está ayudando en el rescate de una corredora accidentada. ¡Madre mía qué día! Al parecer ha tenido una bajada de azúcar e hipotermia y había perdido el conocimiento. Casualmente está en el mismo sitio del accidente en el que yo me vi involucrado. Me cuenta que los organizadores de la carrera han acudido para bajarla hasta la ambulancia que ya ha llegado a la zona de la explanada de la antigua mina. Afortunadamente, durante la tarde-noche del día de la carrera, hemos sabido que tras ingresar en la uci, está recuperando gracias a Dios recuperada.

Me cruzo con la ambulancia cuando subo con el coche hasta la mina para recoger a Víctor. Está exhausto y con mucho frío. Hablamos sobre lo ocurrido y sobre cuestiones como el material que deberíamos llevar los corredores ya que hemos visto a muchos con poco abrigo. En fin, menos mal que todo ha quedado en un susto. Efectivamente como bien dice Víctor, todo esto debe hacernos reflexionar sobre cómo vamos a la montaña, las condiciones en las que nos presentamos en las carreras, pensando que el dorsal nos da algún tipo de protección especial, queriendo ir ligeros para correr sin pensar en situaciones que pueden aparecer donde se necesite más protección.

Finalmente quiero dar mi agradecimiento y felicitación un año más a los organizadores de este evento, especialmente a Miguel por lo mucho que se lo curra, al Ayuntamiento de Matallana por su apoyo y a todos los voluntarios que aguantan como jabatos las inclemencias del tiempo. El 4 de diciembre de 2022, ya lo tengo marcado en el calendario!

Un abrazo, 

Alfredo.

Nota final de agradecimiento al blog de Blas Lavigne por las fotos que he utilizado para esta crónica.

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