Hace como un mes se anunció sin hacer mucho ruido la carrera de San Salvador en La Bañeza y después de darle unas cuantas vueltas decidí que por qué no apuntarme y así lo hice y comuniqué a los compañeros, Beto y Pedro se animaron, aunque el primero no pudo acudir por motivos laborales.
A medida que se acercaba el día empezaba a recorrer mi
cuerpo ese gusanillo de que se iba acercando un día importante, el día antes
por la noche tocaba preparar la ropa, las zapatillas, la mochila para cambiarme
después… ¡cuánto tiempo ha pasado desde la última vez!
El día D me despierto temprano, aunque la carrera es a las
12, y vuelvo a tener todas esas sensaciones de día de carrera, desayuno con
calma, me cambio, reviso que llevo todo (que me conozco…) y me voy para el
coche y suena la música de las grandes ocasiones, vuelve a sonar Euphoria de
los Spiritual Beggars a tope justo antes de bajar del coche, como lo ha hecho
en mis auriculares en Vigo, en Madrid, en Bilbao, en Behobia… y como lo hará en
otros mil sitios en los luciré con orgullo los colores de Tortugas Trail León.
Acudo a la recogida del dorsal y de la bolsa del corredor, que contiene una botella
de vino, un chocolate y unos calcetines, ¡muy bien!, lo dejo en el coche y
cuando voy hacia la salida, allí están Pedro y Mariló bajo la lluvia, qué
gozada ver de nuevo colores tortuguiles en una carrera, camisetas,
gorras, chaqueta y hasta paraguas… porque, vaya forma de llover.
La carrera tuvo una salida escalonada en tandas de 30 participantes y con distancia de seguridad entre ellos y con un margen aproximado de 10 segundos entre tandas. En poco menos de 2 minutos estábamos todos en marcha. La salida es cuesta abajo y por asfalto así que nos salió el primer kilómetro en 3:52, a partir de ahí ritmo machacón de entre 4:20 y 4:30 y a intentar no desfondarme en el intento con el objetivo de bajar de los 45 minutos y demostrarme que a pesar del tiempo sin probarme la forma sigue ahí.
A partir del kilómetro 3 nos vamos a caminos con piedras mojadas, lo cual sienta regular a mis zapatillas asfalteras pero, a pesar de algún que otro resbalón consigo mantener el ritmo, ya no siento si llueve o no llueve estoy centrado en mi ritmo y en regular. En torno al km 6 entra viento de cara y empiezo a notar el aliento de otro participante en mi espalda, me aparto a un lado y a otro para que me adelante pero parece que va cómodo detrás de mí, o igual es que le gusta la Tortuga del centro de la espalda de la camiseta, lo curioso es que tras el giro de 90 grados a la derecha para volver al asfalto del km 8 me adelanta sin mirar, ¡un abrazo amigo!. Yo sigo a lo mío, ritmo machacón sabiendo que esto termina en un repecho de 200 metros y tras cruzar el arco miro el tiempo y me ha salido un ritmo de 4:21, VAMOS!!!!!, me pongo mascarilla, cojo agua y en un momento más tarde ya está Pedro en meta.
En el camino de vuelta a casa me doy cuenta del orgullo que siento de poner un dorsal en mi camiseta y de representar a esta pedazo de familia en cualquier tipo de prueba, TORTUGAS, PREPARADAS PORQUE YA ESTAMOS DE VUELTA
Pros
No hay comentarios :
Publicar un comentario