UA-51285685-1 Equipo leonés de Trail Running : TORTUGAS TRAIL LEÓN: XX VIG-BAY

jueves, 11 de abril de 2019

XX VIG-BAY

¡Y llegó el temporal! Después de meses sin apenas lluvia, el fin de semana del 7 de abril empezó con lluvia, viento, frío y hasta nieve…


El sábado 6 amanece muy frío, lluvioso y ventoso en Vigo, pese a ello, las ganas de carrera no disminuyen y en los alrededores del museo Verbum en la playa de Samil el ambiente es de día grande, allí recojo el dorsal y la bolsa del corredor y me hago la foto de rigor, a la salida… ¡casi despego!


Avanza el día, y el cielo decide recordarnos que es azul, pero solo a ratitos; por la noche en el Facebook de la carrera nos indican que la previsión es de temperatura baja, cielo muy nublado y lluvia muy finita a partir de las 12, condiciones idóneas para la carrera y con esto me voy a la cama, aunque entre el nerviosismo pre-carrera y el granizo golpeando la ventana apenas consigo dormir.

Es por fin domingo 7 de abril, y son las 8:15 de la mañana, a esa hora yo me estoy desperezando mientras los 1270 participantes de la maratón extraordinaria que la organización ha decidido organizar para conmemorar el XX aniversario están tomando la salida, leyendo la prensa ha sido tal la acogida y las buenas opiniones de los corredores, que igual deja de ser extraordinaria por irrepetible a ser extraordinaria por fabulosa durante más ediciones.


Desayuno, me pongo el caparazón, y cojo un taxi que, amenizando el trayecto con una conversación sobre la carrera primero y sobre lo grande que es Iago Aspas después, me lleva a la salida donde ya hay un buen número de corredores, hago unas cuantas fotos de recuerdo y allí descubro que ¡tenemos un monumento al club en Samil! (o eso quise pensar).


Después toca calentar hasta las 10:50, momento en que me acerco a la línea de salida para aplaudir con todas mis fuerzas a los participantes con diversidad funcional, sus miradas de ilusión se me contagian y se me pone un nudo en la garganta.

Y así, casi sin darme cuenta ya estoy en el cajón de salida, escuchando las palabras de Abel Caballero, “Benvido á mellor media maratón do mundo, ni Nueva York, ni Londres, ni Tokio, la Vig-Bay”, y será verdad o no… pero esta carrera engancha, por el mar, por el paisaje, por el terreno, por las subidas, por los ánimos, por las gaitas y porque te hace sufrir para alcanzar tus retos.


¡3, 2 ,1, disparo! Salimos los 4270 participantes de la Vig-Bay, primero al tran-tran y unos metros más adelante ya a tope, cada uno a su ritmo y en la megafonía… Abel Caballero, que casi nos da ánimos uno a uno, cuando estamos llegando al primer kilómetro aún se le escucha, yo creo que no paró hasta que el último de los corredores llegó a Bayona.

Me sitúo unos metros por detrás del globo de 1:40, las sensaciones no son buenas y hasta el km. 6 tenemos terreno de subida, y con viento, poco, pero de cara, durante la subida voy adelantando corredores, pero perdiendo al globo, centrémonos en llegar Diego, mira a la derecha y disfruta de las vistas como si no existiera la torre de Toralla. Durante la subida adelanto a un par de corredores de “Tortujas Atletismo” a los que no me puedo resistir a animar con un “Vamos Tortugas, p’arriba” y así les presento a su prima Tortuga de León.

Al terminar la subida voy recuperando poco a poco y cogiendo ritmos para, paso a paso recortar distancia con el globo y así en el 10k, lo alcanzo y mientras mi mente me dice que aguante detrás para ir protegido del viento me doy cuenta que mis piernas van por libre y ya estoy por delante del grupo llegando así hasta Playa América desde donde mirando a la derecha ya se ve el Castillo de Bayona, pero mirando al frente vemos la última subida de la carrera, el Monte Lourido, zona preciosa, que discurre por una vía peatonal entre eucaliptos con vistas al mar y donde nos espera el kilómetro 16, también conocido como el kilómetro gaiteiro por el grupo que allí nos anima a todos y cada uno de los corredores.

Y llegamos a los dos kilómetros más aburridos de las Vig-Bay, que discurren entre casas por las afueras de Bayona, y si a ello le sumamos el cansancio acumulado se hacen largos, muy muy muy largos, pero paso a paso van pasando cuando una voz a mi espalda grita “VAMOS TORTUGA, da recuerdos a Aitor y a Moni” resulta que es Mariano (he descubierto su cara por Facebook, porque no tenía ni fuerzas para girar la cabeza) el subidón me da el empujoncito necesario para llegar al km.20, sólo queda la calle Elduayen, la calle principal de Bayona, que discurre al lado del puerto y nos va a dejar al pie mismo del Castillo, hoy Parador de Turismo, donde está el arco de meta. Mi tiempo allí, y aunque no me importaba mucho, 1:39:42, tres minutos menos que el año pasado… WOW

Recojo mi bolsa de avituallamiento donde también está mi medalla foto de recuerdo y de camino a la ducha me dicen, “esa Tortuga de León, ¿nos vemos el año que viene?”, era la prima Tortuja de Tomiño y mi respuesta no podía ser otra… POR SUPUESTO, EL AÑO QUE VIENE NOS VEMOS


Como premio autoconcedido, un arroz con vieiras y carabineros con vistas a las Cíes, pero de esto no os enseño fotos porque os animo a que la veamos en vivo unas cuantas Tortugas juntas en 2020 después de disfrutar de la XXI Vig-Bay.

Pros

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