Domingo 7/4/19. La carrera comienza a las 11:30 pero desde las 9 estoy que no paro, hace 2 años que no corro en mi pueblo y uff me apetecía mucho. Es un circuito espectacular en cuanto a paisaje histórico pero a la vez es muy rápida y ya sabéis que yo…soy fiel hasta en esto con las tortugas, jeje.
Se recoge el dorsal en la Cofradía de Jesús para promocionar la Semana Santa que aquí hay mucha tradición (tanto religiosa como cultural). Empiezo a ver caras conocidas y saludo, saludo, pero no hay tiempo para saludar a todos. Y como siempre a pesar de estar en danza dos horas antes faltan pocos minutos y no me he ido a cambiar, ya estoy otra vez con la lengua fuera. Y entre foto y foto ya se oye al Speaker que pide que nos pongamos detrás del arco de salida…adelante…mi villa, mi gente…estoy ILUSIONADO.
Un par de kilómetros a través de huertos, caminos y arboleda, un poco de asfalto y llegamos al puente románico (Puente Canto) cruzando sobre el río Cea nos abre la puerta a un bello Sahagún. Pasamos a una cuesta muy cuesta que no por corta (300 m) se hace fácil, llegando al punto más alto de la villa (845m) y dejando a la derecha el “Santuario de la Virgen Peregrina” que era un convento franciscano que se edificó en 1245 por Alfonso X y que se engloba en el arte románico mudéjar; como curiosidad durante su restauración se encontró una momia.
Bueno que me despisto de la carrera… volvemos a una zona de asfalto y se me hace pesado pero hay mucha animación. Llegan ahora unos cuantos kilómetros de caminos hacia otro icono de la localidad, La Virgen del Puente, que fue un hospital de peregrinos, y donde ahora se hace una romería en la que se come pan, queso y avellanas y además se baila la Tantáriga (esto ya os lo contaré en otro momento), por cierto es de estilo mudéjar y está junto al río Valderaduey. Esta zona es de campo abierto y sopla mucho el aire, así que nos despeinamos un poco.
Nos acercamos al pueblo y ya le he liado, me paro a saludar a unos, a otros, y así poco a poco pierdo al globo de 50, al de 55, ufff, venga voy a apretar que ya es cuesta abajo hasta la meta. Y así en 57 minutos entré en meta después de 10 km emocionantes. Anda!!! Hay un tortuga, Raúl que me saca unas fotos, guay!!
Y así pasamos de correr a disfrutar de la paella, las cañitas y de la gente. Sólo había que ver los premios para ver que la organización una vez más se supera, manzana, caramelos, isotónico, un llavero, bolsa para las compras, vales para cafés gratis…etc y los premios fueron cajas decoradas con frutas, flores, galletas de hierro típicas, tazas conmemorativas…. Llegó el final, mi despedida de una camiseta naranja, gracias Simón y gracias Nuria, patrocinadores y amigos). Espero que el año que viene la villa se cubra de corredores de verde (incluido yo) y así hago una llamada totuguil para el 2020 para descubrir juntos las cositas ricas de picar en Casa Simón.
Go,go,go!!!
Javi
Muchas gracias a ti, Javi.
ResponderEliminarHa sido un placer ver el nombre de casa Simón por tantos lugares con la ilusión y el orgullo qué lo has hecho tu.
Nunca dejes de ser cómo eres. Una suerte ser amigo tuyo.