UA-51285685-1 Equipo leonés de Trail Running : TORTUGAS TRAIL LEÓN: La Maratona di Roma, primer desafío internacional

viernes, 28 de marzo de 2014

La Maratona di Roma, primer desafío internacional

La Maratona di Roma, primer desafío internacional....

Recuerdo una comida a principios del otoño, compartiendo mesa y mantel con Calili, de las muchas veces que solemos vernos para contarnos como nos va la vida, nuestros proyectos, nuestros trabajos, nuestras familias y nuestras ilusiones, y que a pesar de llevar ambos vidas y ritmos dispares, nuestro afecto mutuo, siempre ha hecho que cuando ha sido posible,  nos  encontremos en diferentes situaciones de la vida, unas veces deportivas y otras no; y esta de la Maratona, como una más, fue una de ellas.
Reconozco que cuando se trata de viajar, no necesito que me insistan, la verdad, quizá porque por mi vida profesional y familiar trascurre  así todo el año, y además, me hace feliz recorrer el globo, no voy a mentiros.
Entre cucharada y cucharada, Calili me insinúa que está planteándose con un compañero, al cual yo no conocía, realizar la Maratona, como previa preparación a su Iron Man, y sabiendo de mi afición a correr, me lanza el órdago y yo obviamente se lo devuelvo en fracción de segundo sin saber muy bien donde me metía, pero Roma era Roma, y una maratón allí, no es una maratón sino una Maratona, jeje.

Con un” por supuesto” por repuesta, en ese momento y sin darme cuenta, mis contadores se ponen a cero, de manera automática programo todo lo que tengo por delante, entrenamientos, competiciones, etc...y a partir de entonces, cambias, no eres el de ayer, ya eres un aspirante a “finisher”.

La rutina de entrenamiento va aumentando en intensidad, hay días duros, muy duros, parte de la semana estoy en Mordor, es decir, Astorga, frío, oscuridad... y el resto en Madrid, donde puedo entrenar con luz y con muchos más medios, es lo que tiene la capital...
El gusanillo de la competición me arrastra a estar casi semana si semana no en alguna competición, diezmiles, medias, algunas trail y la confianza va aumentando, pero nunca lo suficiente, los 42195 metros son muchos metros.
Entre medias, mi santa se deja arrastrar al precipicio y se inscribe en la modalidad de “fitwalking”, que es hacer el mismo recorrido de maratón, andando y en menos de 7 horas... y lo hace, toma ya, y muy bien.

Con la sensación de tener casi todos los deberes hechos, pero no todos, aterrizamos en Roma, viajamos  por separado unas horas antes que el resto del grupo, tengo manías, que se le va a hacer , las de viajero y las de corredor, y las de viajero es que no vuelo nunca con Ryanair, entre otras...
La siguiente en tomar tierra es Henar, con la que nos reunimos para cenar ese mismo día y hacemos el primer reconocimiento de la ciudad eterna con una Cicerone inmejorable como ella; a pesar de que ya conocemos Roma de otras veces. Fijándome como nunca lo había hecho en el empedrado de las calles de Roma, no me gusta y mojado, menos. Mi médica Osteópata al ver mi cara me diagnostica lo que me puede pasar en una superficie así y en casi 4 horas de trote,  y va a acertar lo que me ocurrirá en el Km 39, (qué lástima que no tenga la misma clarividencia para la combinación del Euromillón...)
El viernes y sábado ya estamos todos reunidos, visita turística pura y dura, tiempo aceptable y previsión para la carrera, mala, aunque no nos lo queríamos creer.
El sábado vamos al palacio de congresos donde se recogen los dorsales y allí empezamos a sentir realmente a lo que hemos venido, a correr,  la Maratona, los anuncios de la carrera, sponsors, marcas, etc...nos ponen en situación, gente de todas las partes del mundo esta allí, con los mismos motivos y motivaciones que tu y eso crea un ambiente especial.
Estamos a horas de la cita, hay nervios, no sabes si estas comiendo poco o bebiendo mucho, si estas mejor tumbado despierto o sentado dormido, si correrás de corto o de largo, gorra si gorra no, gafas o no....y así todo, un mar de dudas te invade, y eso sin contar la pregunta recurrente que te haces cada rato, ¿cómo me encuentro?¿no me duele nada, verdad? ¿eso que siento no irá a más, no? Etc....
Desde ese momento, te vuelves más maniático que de costumbre; en mi caso, estoy habituado a correr casi siempre sólo y con mis circunstancias y  consecuencias que eso conlleva; y aunque se que Calili y el Sr. Presidente tienen preparada una carrera en equipo, mis dudas hacia mis propias posibilidades me hacen pensar que no debo de condicionarles ni ser un lastre para ellos que van mucho mejor que yo.
La noche es corta, hemos dormido menos de lo habitual y al despertador lo he despertado yo, no el a mi. Con mucho tiempo por delante, empieza el ritual, todo con un orden meticuloso, igual que si fuese un torero que va a tomar la alternativa, intentas que los nervios no te traicionen , que nada se te olvide porque todo es importante; sabes que en más de 42 kms el punto de no retorno es el abandono y no quiero, quiero acabar.
Llegamos al punto cero, mucha gente pero me encuentro bastante relajado, estamos todos juntos corredores y no corredores y como en todas las carreras masivas de varios miles de personas que yo suelo correr en Madrid , el aparente caos y desconcierto inicial parece que reinan al principio, sobre todo cuando sales desde corrales muy retrasados. Tenemos más de 12,000 personas por delante hasta el arco de salida y nuestro desfase con el tiempo oficial supera los 10 minutos.
Mi vejiga parece que me quiere contar algo, prefiero no hacerla caso; empieza a llover cada vez más fuerte, tengo frío, nos calamos, no estoy cómodo, no avanzamos casi y ....mi vejiga recordándome que esta ahí.
Comienza a moverse todo, a un trote cochinero que tanto gusta al presidente, pero yo, no voy cómodo, este ritmo me agota hasta para ir de tiendas. Rodamos juntos hasta el km 15, mi vejiga me da la orden de hacer un “drive through” en una hilera de árboles, Calili y Triki tiran delante y pierdo unos 3 minutos; intento recuperarles, voy subiendo el ritmo, estoy más cómodo pero no les encuentro; me encuentro a las “reporteras gráficas” sobre el 25 y me dicen que van por detrás; proceso la información y mi vejiga recoge el mensaje diciéndome que pare a hacer otro “drive through”, el aquarius va haciendo efecto. Segundo stop, y no les veo. Empieza el momento crítico de carrera, físicamente me encuentro mucho mejor, pero mentalmente ahora no puedo dispersarme, debo tranquilizarme para controlar lo que me queda por delante y empezar a rodar en modo automático, como a mi me gusta, con la cabeza a miles de kms.Voy  pendiente de mis dos compañeros esperando que aparezcan por algún lado, por delante o por detrás, pero ni rastro. Es culpa mía hacer dos paradas de evacuación y no quiero condicionarlos, se que acabarán mejor que yo, son “pros”, yo un corredor aficionado tirando a malo.
Paso por el 35, veo a Laura, me dice que no han pasado, voy bien de gasolina, concentrado, muy concentrado, pensando en familiares, amigos, familiares que se han ido amigos que no están, siento emoción y fuerza a la vez, el número de público cada vez es más numeroso, me apoyan , los españoles del público se emocionan tanto como yo gritando España y yo señalo con mi dedo índice la bandera española de mi hombro y levanto el pulgar devolviéndoles la ovación en señal de agradecimiento.
Km 38, entramos en pleno centro de Roma diluvio universal, adoquines torcidos, baches escondidos, voy a buen ritmo, tengo fuerza a pesar de las condiciones pero empiezo a notar llegando al 39 lo que mi médico “personal” me vaticina 3 días antes, pienso que puedo echar todo a perder, en cuestión de minutos el dolor es intenso, se me han girado levemente los peronés con las rodillas por la mala pisada y si a alguno le ha pasado, sabe de lo que hablo; digo, “no puede ser”, estaba pasando en 3h 20 por el 39, podía haber entrado por debajo de 3,45 sin el maldito dolor. Empiezo a ver todo negro, por un lado quiero terminar dignamente y por otro no quiero lesionarme ni hacerme más daño.
Paro unos minutos en el último avituallamiento, debajo de un túnel, y paradójicamente, con la que estaba cayendo no se veía la luz al final del túnel y yo con mis dolores en la cabeza de los peronés tampoco veía “la luz”. Salgo del túnel mal, casi no puedo trotar, busco en los laterales asistencia médica según paso, no veo a nadie ni de cruz roja ni del Samur , ni a las enfermeras de Berlusconi, ni nada que se le parezca,  ni a nadie en el público animando con un bote de Reflex en la mano. Creo que no era pedir mucho que la organización en puntos tan críticos no hubiera pensado en eso.
Poco a poco voy tirando y aumentando progresivamente el ritmo, pierdo posiciones desde el avituallamiento pero cada vez menos, la gente va levantando el ritmo, nadie quiere arriesgar en el último momento, puedes quedarte a un km escaso y no acabar, en ese momento te das cuenta de la cantidad de abandonos que ha habido a lo largo de toda la carrera incluso en tramos finales, en total más de 4500; con lo cual, en ese momento tu cuerpo parece que te guía en el modo que debes llegar, como diciéndote: te voy a llevar a la meta pero no fuerces mas de lo que te estoy dando; y de esa manera, última curva, encaras la recta de llegada, Coliseo al fondo, cielo gris, lluvia intensa, viento, charcos que inundan baches llenos de historia, la historia de un imperio que dominó el mundo y que nos ha permitido en sus calles hacer nuestra propia lucha contra nosotros mismos como si de una épica personal se tratara, sin más armas que nuestras piernas, nuestro cuerpo y nuestra cabeza, porque correr es un deporte honesto, humilde y así debe hacernos a nosotros mismos.
Corriendo, reflexionas, y quizás en esta carrera lo necesitaba y el hacer una parte del recorrido sólo, quizás fue una señal
Nunca corremos solos, nuestros pensamientos van cargados de emociones y nuestras emociones de personas que queremos.
Entré solo en meta, llorando de emoción, sin saber que mis compañeros estaban detrás a unos minutos, y Vanessa pasando su propio Vía Crucis caminando bajo tanta lluvia, pero tenía la seguridad de que yo también viajaba en los pensamientos de ellos.
Todos estábamos en el mismo camino, que como la vida, unas veces nos junta y otras nos separa; pero intuyo que en Londres 2015 o quien sabe si Tokio, nuestros pasos se volverán a unir.
Y aunque esto debe ser una crónica y no una dedicatoria, quiero agradecer a mi amigo Carlos el haberme motivado para esta hazaña y el que haya hecho que  forme parte de vuestro grupo.
Al señor Presidente, Triki, con el cual he compartido muchos momentos en este viaje y con el que me gustaría compartir muchos más por lo buenos que han sido.
A mi otra mitad, Vanessa, por aguantarme.
Y al equipo de apoyo de primer nivel que llevábamos con nosotros, todo un lujo, Henar, pendiente de todo y solo preocupada por que estuviéramos a gusto en una ciudad que domina a la perfección; un encanto. Laurita que ahora es uno y medio, al natural, como siempre y con el afecto que nos tenemos desde hace muchos años. Y al pequeño Carlitos, que es un atleta en potencia que va a bajar del cajón a todos los etíopes y keníatas que nos amargan los triunfos maratonianos, jeje.
Aprovecho para pedir disculpas a las espectadoras/es que portaban una señera Catalana y gritaban efusivamente “viva Cataluña” a mi paso, y yo les repliqué con todas mis ganas : “VIVA ESPAÑA, H.P.”,creo que me quedé corto, pero me he quedado con vuestra “matrícula”¸ nos vemos en Londres.





Fdo. Juanjo

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