Pura montaña.
Es un auténtico lujo tener a cuarenta minutos de casa
un recorrido como este, discurriendo por sendas, crestas, bosque,
escombreras... poca pista, poca carretera y mucha montaña de la buena, incluso
con pasos de roca en los que toca ayudarse con las manos. En la Gordón Trail o
estás subiendo o estás bajando, muy técnica, con rampas de fuertes pendientes,
tramos escarpados, puro rock and roll!
Alto nivel.
Otro lujazo es salir con nuestro súper campeón leones
Pablo Villa y además tener de speaker a, nada más y nada menos, que a Depa. Entre
el resto de participantes, se veía nivel, se notaban las ganas de hacerlo bien,
las horas de entreno para llegar a esta carrera con fuerzas, y es que, es
llegar a la primera rampa a la salida del pueblo y madre mía como se apretaba
para coger posiciones!
Motivación extra.
Es una gozada leer los mensajes del grupo del equipo,
siempre dando apoyo, compañerismo, ánimo, experiencias, risas... Y es que esta
vez el desayuno pre carrera tuvo ración extra de motivación, leyendo la llegada
de madrugada de las tortugas cientounperegrinas en Ponferrada tras muuuuuchas
horas. Qué máquinas! Después de esa demostración del equipo, nos tocaba a los
de Gordón tratar de estar a la altura de nuestros compañeros!
Casi sin nieve.
Llegamos a Ciñera. Qué bien, este año no llueve y hace menos
frío del esperado. De inicio la climatología es óptima. Parece que al fin vamos
a hacer una carrera este año sin nieve! Pues no...nieve no tuvimos, pero sí una
buena granizada! ¿Llegará algún día la primavera? Y cuando llegue me quejaré
del polen, del calor...si es que el caso es quejarse. Salimos con ganas, cada una
de las tortugas a su ritmo, ajustando esfuerzo y guardando para las rampas complicadas.
Sabemos que tenemos, al menos, cerca de cinco horas de carrera por delante. Nacho y yo
vamos juntos hasta la subida al Cueto San Mateo, donde le pierdo de vista (cómo
sube este chaval!). Mucho ritmo para mí, así que prefiero reservar que aún
queda casi media carrera. Víctor va un poco por detrás y Belén más distanciada cierra
el grupo tortuguil. En las últimas bajadas me encuentro con Nacho, que llevaba
aguantando calambres unos cuantos kilómetros (sino, no le pillo ni de coña!). Y
así hasta meta. Victor llega 20 minutos después y Belén algo más de una hora.
Objetivo conseguido! Hemos logrado terminar (y lo más importante sin lesiones)
una carrera de alto voltaje, de gran exigencia física, técnica y de
concentración.
La organización.
Y qué decir de la organización, pues que otro año de
diez!: voluntarios en muchos puntos de carrera apoyando, animando y ayudando,
bien señalizada y muy bien avituallada. Se nota que la hacen para que los que
vamos a correr/sufrir disfrutemos (sufrir y disfrutar en la misma frase, como
dicen mis amigos "alérgicos al sudor", que esto no lo entienden, que
¿qué necesidad?). Y las bolsas del corredor (sí bolsas, porque te dan dos!) son
una pasada, te dan hasta huevos, cerveza artesana, pastas, yogurt...los pueblos
de la zona y sus comercios se vuelcan con la carrera.Alfredo
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