El pasado viernes, día 8 de julio, tres Tortugas hicimos un viaje al pasado.
Ese día se disputó la V edición del Cross nocturno Santa Eulalia en Azadinos. Ana en la modalidad de andarines y Nacho y yo en la de Cross, disfrutamos de una “carrera” de las que ya casi no quedan.
Más allá de ser una prueba deportiva, ya sea en su modalidad andarines o en la prueba competitiva, es un evento que sirve para dar sentido a la palabra “pueblo” y lo que ello significa.
Es
difícil encontrar hoy en día, una prueba deportiva en la que lo importante no
es en sí la competición, si no la participación de la gente, ya sea de la
propia localidad en la que se celebra o de todas aquellas personas que se
apuntan al evento; en la que lo de menos son los nombres de los que hacen pódium,
pues los importantes son todas y cada una de las personas que participan y en
la que todo un pueblo se vuelca y se pone al servicio de los participantes,
para que no les falte de nada y para hacer una carrera que te queda en la
retina y a la que volverás el próximo año, seguro...
La
carrera no es el objetivo en sí, es un medio para conseguir que la gente se junte, que se sienta un pueblo, que
durante tres horas hagan y sientan todos lo mismo en un mismo lugar y esta
“carrera” lo consigue con creces.
Ha
sido mi cuarta participación y cada año no ha dejado de sorprenderme el buen
rollo y el buen ambiente. Este año, pese a ser quizás en el que más bajo de
forma me he encontrado, se alinearon los astros y quedé en 2ª posición. Pero
como os digo, el resultado es lo de menos.
En
primer lugar, a las 21:15 horas, tuvo lugar la prueba de andarines y ahí
estuvimos representados por nuestra Tortuga Ana y por Raquel, la mujer de
Nacho. Pese a ser una caminata de 5 Km, llegaron frescas como lechugas, vamos,
que ni se despeinaron, dejando bien alto el pabellón tortuguil!!.
A las 22:30 horas nos tocó el turno a Nacho y a mí.
Ambos encaramos el Cross sin ninguna expectativa, el hecho de estar allí ya colmaba todas nuestras aspiraciones, pero pese a todo, cuando te enfundas la camiseta con el caparazón, es como si te metieran un chute de adrenalina en vena… Cuando el Sr. Alcalde dio la salida, no sé cómo ni de qué manera nos situamos en 3º y 4ºposición. Para mis adentros yo iba pensando en lo que muchas veces me ha dicho Nacho: “Yo al principio tiro a muerte hasta que las fuerzas aguanten…” y en esta ocasión… así lo hice.En la
primera parte de la prueba, de unos 3 kilómetros de continua subida, traté de
mantener el ritmo, aunque pesando que en cualquier momento iba a venir el
famoso tío del mazo, intentando no venirme muy arriba al ver como otro corredor
(el que a la postre sería el ganador) y yo íbamos en cabeza de la prueba.
Resonaban en mi mente las palabra de Nacho de unos metros atrás: ”¡Pégate a él!, ¡Pégate a él!”. Incluso,
como me sentía tan bien, tuve la osadía de intentar descolgarle, ¡¡ERROR……..!!;
durante unos cuantos metros sí que conseguí abrir una pequeña brecha, pero
lejos de la realidad, antes de terminar la subida volvimos a estar bien
juntitos.
En
estas circunstancias llegamos al final de la subida y de ahí a meta otros casi
4 kilómetros en su mayor parte de bajada. A falta de 2 kilómetros el “chaval”
de 51 añazos, ole él!!! un corredor experimentado no, lo siguiente, aumentó el
ritmo y ahí terminaron mis opciones de victoria…. Intenté que no se fuera
demasiado, e incluso en el último kilómetro llegué a reducir a escasos 10
metros la distancia que me separaba de él…, no sé muy bien porque veía, iluso
de mí, posibilidades de superarle o porque empezaba a notar muy cerca el haz de
luz del frontal del 3º corredor… pero al final todo se quedó en un espejismo y
finalmente entré en segunda posición en meta, donde Ana y Raquel me esperaban
aplaudiéndome y gritando ¡VAMOS TORTUGA! y yo creo que con una mezcla de orgullo e incredulidad por verme llegar tan pronto…
vamos! ¡¡Hasta yo la sentía pues no pensaba, ni de coña, terminar tan arriba!!
Escasos
2 minutos después hacía acto de presencia Nacho, maldiciendo la oportunidad
pérdida de haber hecho podio tras tres ediciones en las que la medalla de
chocolate llevó grabada su nombre.
Un
viaje al pasado en una carrera de las que casi ya no quedan y en la que tal vez
deberían fijarse y aprender de ella, otras que tienen mucho más renombre y glamour.
GO
TORTUGAS GO!!
Santi.
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