Cross Ciudad de León

¿Empiezan realmente las carreras en la línea de salida? ¿Ganan sólo los primeros? ¿Se compite de verdad con el que va delante?

Cada uno tiene claras sus respuestas, pero estoy por asegurar que la mayoría coincidimos.

Mi carrera empezó el día en que decidí apuntarme. Era mi primer cross y creo que no se podían tener más dudas. No las tenía todas conmigo, creo que de hecho no tenía ninguna, salvo  las ganas. A veces solo se necesita un empujoncito para lanzarse a la aventura. Llevaba muchos cross desde la barrera y esta vez era la mía. Sabía que mi estado de forma era algo similar al de un recién atropellado por un camión, pero... fui feliz, con mi camiseta nueva de las Tortugas!

 

 

Me daba mucho miedo el frío, así que me forré de capas hasta convertirme en cebolla, comprobé que me podía mover, y suficiente. Es lo que tiene correr lento, te da tiempo a enfriarte siete veces.

 

Pero todo empezó bien, el día no era tan tan frío. Había mucha gente, y un ambiente maravilloso. Comenzaron a aparecer caras conocidas y entre ellos, un montón de tortugas. Unas para correr y otras para animar. Marcos, Juveta, Diego, Victor, Santi, Mariló, Henar, Laura, Carlos, Trape y Raúl. Qué estupendo todo. Pin pan pun, línea de salida, y según mi parecer...mi primer error. Salí la última. Eso para mí significaba correr la última toda la carrera y no nos vamos a engañar, aunque lo tenía asumido, sí hay momentos en los que hay que luchar demasiado con la cabeza. Para eso me ayudó increíble mi compañero de batalla, Félix. "Vinimos juntos, terminaremos juntos", así que aunque me entraron ganas de esconderme detrás de un árbol en más de una ocasión, seguí hasta terminar. La primera vuelta la hice cómoda, pero ya en la segunda el peso de mis piernas se había multiplicado por 3. Me daban calambres y me costaba correr una barbaridad. Además la gente empezó a doblarme. Al principio se me hizo emocionante, pero en los momentos de mucha gente había mucho que esquivar para no entorpecer a los más rápidos. No había problema, en cada vuelta de una esquina, en cada cuesta y en cada ay ay ay, estaba alguien dando unos ánimos únicos, mejor que un avituallamiento con chocolate. David, quien corrió casi más que yo por la banda. Solo le faltó llevarme a caballito. Mis padres, que también corrieron de lo lindo. Tortuga Ana, Cristina una, Cristina dos y Laura. Sara Vega, Alberto y José Luis, ole vosotros!!

Por supuesto a las Tortugotas que me doblaron como máquinas que me dieron otro empujón estupendo. Santi, Marcos y Víctor. Gracias!

Fue una carrera difícil, físicamente lo más parecido a una castaña, pero me llevo las ganas de entrenar más y emocionalmente una lección de compañerismo mayúscula, tanto por los compañeros de dentro como por los de fuera.

Gracias a la organización por no quitarme la meta (cada uno tiene sus miedos), y mención especial a mis "búhos". Compañeros incansables de entrenos nocturnos. Sois gente 10.

 

Prometo darme más caña, para seguir cerrando carreras, pero un poquito más rápido! :)

Lucía