Sin
duda Picos de Europa es uno de esos paraísos de montaña en donde siempre te apetece estar y que echas de menos
cuando pasa tiempo sin poder ir. Para mí además es un lugar muy especial con un
montón de recuerdos de mis inicios como montañero por sus Torres, canales, jous,
etc… por eso, y al ser esta mi primera carrera en Picos las emociones estaban a
flor de piel, iba a ser un gran fin de semana en compañía de los míos.
El
viernes, en Posada de Valdeón había un gran ambiente de montañeros y
corredores. Nada más llegar se notaba que el gran hándicap en esta ocasión
sería el calor. Hacía unos 30ºC y la previsión para el día siguiente era la
misma.En esta ocasión dos tortugas íbamos a participar en la carrera, Marcos y
yo. Ambos llegamos junto con nuestras parejas y mis hijas yaprovechamos para
dar una vuelta por la ruta del Cares el viernes por la tarde.
Tardé
muy poco en decidirme a llevar 2 litros de agua en mi Camelback para la
carrera. Las condiciones atmosféricas, la distancia y desnivel hasta el primer
avituallamiento hacían pensar que era la decisión más razonable, de hecho,
supongo que los corredores que decidieran lo contrario seguramente joderían la carrera.
Ya
el sábado, la mañana era preciosa, sin una sola nube y no demasiado fresca, así
que nos dirigimos al polideportivo a recoger el dorsal y asistir a la charla
técnica antes de situarnos en la línea de salida. La primera parte de la carrera
discurría por un bonito sendero en el monte que queda enfrente de la canal de
Asotínque la organización incluyó el año pasado con intención de estirar el
pelotón para que no se formen tapones al principio de la canal. Precisamente
por eso salgo fuerte, para evitar ese tapón justo al principio de la canal, en
la parte más aérea de la misma. En la bajada a Cordiñanes me enfrento con el
primer problema de material (a pesar de que todo lo que llevo lo tengo más que probado),
el calcetín de dedos de Injinji de mi pie izquierdo se me baja y me provoca una
rozadura a la altura del tendón de Aquiles que me molesta sobre todo cuando el
terreno se inclina hacia abajo. Desde ese momento fueron muchas las veces que
me tuve que parar a recolocármelo para que el desastre no fuese a más. Antes de entrar en la canal cruzamos el
pueblo, donde hay mucha gente dándonos ánimos, entre ellos Vero. Los
necesitamos, porque por delante nos esperan 1.300 m de desnivel en apenas 4
kilómetros.
Lleno
de motivación, comienzo fuerte, con un montón de recuerdos, ya que esta ruta
coincide exactamente con mi primera experiencia en Picos,hace ya 24 años. Es un
camino que conozco a la perfección y en este momento voy disfrutando a tope, la
rienda de La Sotín es realmente espectacular, enseguida entro en el Hayedo de
La Sotín, un precioso bosque colgado a media altura que además nos da sombra
durante una pequeña parte del recorrido. Aquí tengo el segundo problema de
material, mi Garmin me deja colgado por primera vez, pierde los satélites, por
lo que me quedo sin referencias kilométricas. De momento no importa porque esta
parte la conozco bien, pero al final de la carrera lo echo de menos. Atravesamos
La Vega de La Sotín y un poco más arriba, antes de adentrarnos en las Traviesas
de Congosto hay un avituallamiento improvisado por unas chicas ajenas a la
organización que se agradece de lo lindo porque el calor ya empieza a apretar,
madre mía con lo que queda todavía.
De
momento voy bien, aunque queda la parte más dura de la ascensión, el Argayo
Congosto, con tramos de un desnivel bestial. Llegando al final me alcanza y
pasa Marcos que sube como un rebeco trepando por las numerosas llambrias de
esta zona. Aquí se vuelve a perder el GPS, pero sigo en terreno conocido. En el
avituallamiento de Jermoso nos juntamos y fuimos juntos disfrutando de la parte
más bonita de la carrera y una de mis zonas preferidas de Picos, las Colladinas
con vistas hacia atrás de Collado Jermoso y al fondo el Cornón con la
majestuosa mole de Torre Santa presidiendo todo el macizo y al frente el
impresionante Friero y la Vega del Liordes. Como dice Marcos después de esto
será difícil encontrar motivación para correr en asfalto.
Este
es el mejor momento de la carrera, voy disfrutando de lo lindo, aunque el calor
ya empieza a ser insoportable y pronto empezaré a notar sus efectos. La bajada
al sedo de La Padierna vuelve a ser problemática por la rozadura de mi pieizquierdo
y tengo que parar varias veces a colocarme el calcetín, ya llegando a la Vega
del Liordes empiezo a notar que las fuerzas escasean, es demasiado pronto, me
doy cuenta de que va a ser un día duro de verdad, hay días en los que no estás
fino y el sábado fue uno de esos días. A partir de aquí empiezo a preguntarme
que está fallando. No sé si es que no me he recuperado del todo de la carrera
de Villalfeide, si a pesar de llevar agua no he bebido suficiente, si he salido
demasiado fuerte al principio, si he infravalorado la dureza de la carrera o si
el calor es el motivo de que las piernas no me respondan. El caso es que me
parece que voy sin fuelle, no consigo coger el ritmo. Marcos se va por delante
y aunque le tengo a la vista durante un buen rato, en el collado de La
Padierna, otro de los lugares con una de las mejores vistas de Picos, le pierdo
de vista definitivamente. El descenso por La Canal de Remoña se me hace
realmente duro. Por fin llego al segundo avituallamiento donde están mis amigos
Nacho e Irene que se abalanzan sobre mí para darme agua, llenarme el Camelback,
o lo que haga falta. Apenas estoy un momento con ellos, tienen que atender al
resto de corredores y yo que continuar. Nacho me recuerda que guarde fuerzas
para la última subida y le digo que vale, aunque no sé realmente que fuerzas
guardar si apenas me quedan ya. Afortunadamente buena parte del descenso hasta
Santa Marína discurre por un hayedo chulísimo, cuya sombra agradezco
infinitamente. Atravieso un par de arroyos en los que aprovecho para
refrescarme, lo mismo que en una fuente a la entrada de Santa Marína, donde
también está el último avituallamiento en el que bebo,como e incluso me siento
un rato en una silla. Me cuesta un montón ponerme en marcha otra vez y desde
aquí hasta el final, aunque sólo quedan unos 6Km apenas soy capaz de correr. El
GPS se vuelve a perder por lo que voy sin referencias hasta el final, justo en
el peor momento, cuando el calor ya me ha destrozado del todo. Sigo dándole
vueltas al motivo de mis dificultades, pero lo cierto es que los corredores que
van a mi alrededor están igual o peor y durante todo el descenso he visto unos
cuantos acalambrados haciendo todo tipo de estiramientos, ninguno necesita
ayuda pero tampoco lo van pasando bien. Marcos también tuvo bastantes problemas
según comentamos después en la meta. Lo
único que tengo claro a estas alturas es que no voy a ser capaz de hacer el
tiempo que tenía previsto, ni siquiera en el peor de los escenarios, pero hay
que tirar para adelante.
Desde
aquí hasta el final tocó echarle raza e ir avanzando por un rompepiernas que se
me hizo interminable, no paraba de pensar en las antenas de las que nos
hablaron en la charla técnica y que estaban a 800 m de meta, desde ellas
simplemente dejarme llevar hasta el final. Unos metros antes de la meta a la
emoción de llegar y haber superado las condiciones de la carrera se juntó la
alegría de ver a Geru, Emma y Nonia animándome. Nonia se me acercó y recorrió
conmigo los últimos metros para cruzar juntos la meta. Una vez allí mi mayor
necesidad era refrescarme lo antes posible para lo que la piscina de agua fría
puesta por la organización me vino de perlas.
Como
conclusión una carrera más que recomendable, preciosa, en un entorno espectacular,
muy dura, es verdad, y este año especialmente por el calor. La organización es
muy buena, conoce perfectamente los gustos y necesidades del corredor de
montaña, con un recorrido muy logrado y perfectamente marcado. Es una carrera
que todo corredor por montaña debería de hacer alguna vez en su vida, no es
raro que ya hayan conseguido que a pesar de ser una carrera joven sea un
auténtico clásico y referente en las carreras de montaña, la auténtica “niña
bonita” de las carreras de montaña por Picos de Europa”.Aunque hay otras muchas
carreras que tengo en mente, UTPE,Traveserina, Extrem de Lagos pero aun así, seguro
que volveré a la Transvaldeónica.
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