MEDIA MARATÓN RIOJA 2018

Tras dos años viviendo en La Rioja nunca había podido correr una Media aquí por cuestiones de trabajo, así que hace unos meses me propuse correr una de las varias que hacen en Logroño. También pensando ya en mi reto para noviembre (la maratón) y en que debo hacer unas cuantas medias antes….y ésta iba a ser la primera.

Además, si un compi Tortuga que actualmente vive también en La Rioja también la corre….pues muchísimo mejor. Ya tenía ganas de volver a coincidir en carrera con alguno de mis tortus!

Dos semanas antes tuve que guardar “reposo deportivo” porque me quitaron un lunar y…. con los puntos me recomendaron nada de nadar, bici, gimnasio, ni correr….y ese parón en los entrenos lo noté mucho el domingo…mucho….jajajaj. Incluso dudé si debía correrla (pues hacerlo aún con los puntos…) pero al ver que no me molestaban en absoluto decidí que sí.

Los días previos fueron de intensas lluvias y grandes tormentas en todo el norte, y el día de la carrera esperábamos agua, viento, nubes…. En general, mal tiempo. Nada que ver…. Justo al revés.

A las 9:30 estaba programaba la salida, desde la Calle Duques de Nájera, a la altura del cruce con la carretera general y donde está situada la sede del Diario de La Rioja, quien patrocina la carrera desde hace ya 27 años. Allí nos encontramos con  Jaime y Mar, que alegría, hacía unos 3 años que no nos veíamos! Tras unos minutos de charleta pre-carrera y respectivos ánimos fuimos con los demás corredores hacia la línea de salida. Los alrededor de 900 inscritos caminábamos por la carretera que pasa por debajo del puente, inmersos en un silencio sepulcral, contracorriente a la dirección de salida y con nuestras únicas conversaciones como ruido de fondo. Sin música. Sin speaker. Sin nadie que dijera unas palabras de : “Vamos a comenzar la prueba!”, “ánimo” , “ tenéis por delante 21km”, etc. Esos momentos, junto con el pistoletazo de salida inexistente (pues empezamos a correr porque vimos correr a los del principio….nada más…) te deja un sabor agridulce para comenzar que nunca lo había vivido. Siempre antes de salir hay jaleo, música, indicaciones, ruido de gente por todos lados, la visión del arco de meta donde comienza tu aventura…. Pero este domingo no, no hubo nada de eso. Y me decepcionó bastante. Si no hubiera sido porque Jaime también estaba allí, hablando conmigo, me hubieran dado ganas de marcharme a la grajera a correr y “cambiar mi recorrido”, jajaja.

Pero no, comenzamos con la cabeza puesta en terminar y disfrutar lo máximo posible como siempre. El recorrido eran 3 vueltas a un circuito urbano de 7 km. El sol salió con todas sus ganas y ya en los primeros kilómetros se notaban las altas temperaturas. La primera vuelta fue más o menos de reconocimiento, para conocer las cuestas, rectas largas, etc. Y es que, aunque la calificaban como muy llana, cada kilómetro o así había un repecho para pasar por una rotonda, o salir a la carretera general y al cabo de unos cuantos…picaban un poco…jajaja.

Menos mal que había bastantes avituallamientos líquidos pues el calor era horroroso, y a medida que avanzaban los kilómetros pesaban mucho más.

Justo antes de terminar la primera vuelta, a la altura de la Fuente de Las Espaldas Mojadas, en la Gran Vía al lado de Murrieta, nos separaban a los de la Media con los de la Carrera de 7 km, pues ellos iban ya a meta. Nosotros seguimos a por otras 2 vueltas más.

Sentí un gran apoyo de la gente, y aunque con los cascos no les oía perfectamente, notas un empujoncillo cada vez que alguien te mira sonriendo animándote, sin conocerte de nada. Y ya, lo que es la leche es encontrarte con toda esa gente que quieres y que te arropan para que tus piernas sigan un poco más aunque creas que ya no puedes. Mil gracias!!!

A la altura del km 9 me dobló el primer clasificado….y hasta terminar la segunda vuelta me pasaron unos cuantos corredores. Esto me recordó al Circuito de Coss De León y a su fantástica magia, jajaja. Fueron mis inicios en esto del running.

Ya al comenzar la tercera vuelta el calor era más intenso, o por lo menos así lo notaba yo, y las piernas lo sabían. La falta de buenos entrenos las 2 semanas antes quedaban reflejadas ahora, pero sabía que iba a terminar sí o sí, así que me concentré en cada paso. Sólo era cuestión de seguir un poco más. Además las marcas de kilómetros recorridos no estaban puestas de manera “lógica”, pues al ser varias vueltas, cada X km te encontrabas un cartel de 2 km, después el de 17, seguido del 6 o el 15….después el de un avituallamiento a 200m , que ya no estaba porque era de la vuelta anterior…. En fin, no tenía mucha idea de cuánto podía quedarme.

Comencé a encontrarme a patinadores que se preparaban para su salida a las 12 h. Y el llegar a la zona centro y Gran Vía, quería decir que me estaba acercando al final. Tras cruzar la espina dorsal de Logroño nos hacen torcer hacia El Espartero, y allí veo la meta. Sólo era cuestión de 300 metros.

Parando el crono en un tiempo muy superior al esperado, sólo me queda decir que aunque lo más importante es el esfuerzo y entrenamiento constante, hay días en los que todo te afecta de otra manera. Y hay que sacar la garra y las agallas para conseguir aquello que sabes que puedes hacer , sabiendo ya que la próxima vez será mucho mejor!!

Go Tortugas Go!!!

Vero.