UA-51285685-1 Equipo leonés de Trail Running : TORTUGAS TRAIL LEÓN: HARÍA EXTREME 2017 – MEDIUM

viernes, 24 de noviembre de 2017

HARÍA EXTREME 2017 – MEDIUM

Ring ring… ring ring… “Mónica, los billetes para Lanzarote están en oferta. ¿Nos vamos a la Haría Extreme?” Pues oye, ¿para qué pensárselo? Ni siquiera lo consulté con Aitor. “Venga Ana, rumbo a Lanzarote”, así que las cuatro tortugas (Ana, Santi, Aitor y yo) teníamos un nuevo reto en la cabeza. Esto era mediados de Julio…. Faltaba una eternidad, pero comenzamos con los preparativos, ya teníamos los billetes, el coche, el apartamento y “Uyyyy” “¡la inscripción!”. Total que cuando vamos a hacerla quedan muy pocas plazas y sólo para la modalidad “Starter”, es decir, el trail de 10km. Pues venga, ya que vamos, algo habrá que desgastar. Santi se inscribe. Yo me pongo a hacer las inscripciones de Aitor y la mía y torpe de mí, bloqueo la tarjeta. “No pasa nada” pienso, “Mañana llamo al banco, lo arreglo y las hago”. ¡¡¡Error!!!

Al día siguiente plazas cubiertas. Diossssssssss. Menos mal que correo por aquí y mensaje por allá, al final conseguimos dos plazas para la carrera Medium, es decir 23 km. Ole, ole.

Pasan los meses y por fin llega el día. Nos vemos en el aeropuerto con las otras tortugas. Vamos dos días antes, y no puedo decir que sean de relax, porque hemos aprovechado a ver muchísimas cosas. Suerte que Ana y Santi ya lo conocían y nos llevan a tiro hecho a muchos rincones con mucho encanto. ¡Gracias chic@s!


El mismo jueves vamos a buscar los dorsales y ya se vive el ambiente de fiesta en Haría. En la bolsa de corredor tenemos unas camisetas muy chulas que varían el color en función de la modalidad elegida. Al llegar a casa nos las probamos y cachis en la mar, hay que hacer algunos cambios, así que el viernes regresamos a Haría. En esta ocasión vemos también la feria del corredor (donde aprovechamos a hacer algunas compras) y además nos encontramos allí a nuestro gran amigo DEPA, el cual ya nos fue introduciendo un poco en la dinámica de la carrera…. Él al igual que Santi, correría la modalidad starter. Pero esto ya os lo contará Santi…

Total que con los nervios a flor de piel, me veo en la línea de salida. Aitor se ha comprometido a correr conmigo, así que genial. Me va a ir ayudando y dando ánimos, eso seguro. Sé que me va a cuidar muy bien (no podía ser de otra manera). Mil gracias Aitor. Siempre me motiva correr a tu lado pero en especial esta carrera la he disfrutado muchísimo.


Al igual que en la transgrancanaria, se escucha un mensaje de ánimo y de presentación de la carrera por megafonía, aunque en esta ocasión con el jaleo de los atletas y quizás la no muy buena acústica de la plaza, no nos enteramos muy bien, pero no importa, hay un gran ambientazo.


Comienza la carrera. Tengo muy estudiado el recorrido para saber cuando subo, cuando bajo, tengo un mapa mental de cuánto (en teoría) voy a poder correr y cuando toca subir andando… Todo está casi controlado…. Empezamos por las calles del pueblo, y sé que el terreno ya tira para arriba, aunque para mi sorpresa, pudimos correr más tiempo del inicialmente estipulado en mi cabeza jajajaja. Además esta pista ya estaba reconocida visualmente, pues en nuestras visitas a Haría, ya habíamos visto la señalización. Llegamos al fondo el “barranco” y ahora ya sí, hay que tomárselo con un poco más de calma (muy a mi pesar, y más al de Aitor jajaja) que se empeñaba en que no perdiera la estela de la chica que iba delante de mí.


Llegamos a lo más alto. Nos quedamos con la boca abierta. Estamos en los acantilados de Famara, y corremos durante un rato por ellos. Tenemos unas vistas espectaculares. Aprovechamos y Aitor va haciendo fotos. En un momento dado, le oigo por detrás de mí hablar sólo. Como ya le conozco doy por hecho que está grabando un vídeo encima en una zona un tanto comprometida, es un senderito que está bien, pero que si te despistas y te caes, no lo vas a contar, así que le digo: “cuidado con el teléfono”. Y la muchacha que venía tras mío me mal interpretó, y me dice: “Eso, si se cae él no pasa nada, pero si se cae el móvil te vas a enterar… “ jajajaja muero de la risa, y claro, me toca explicárselo.


En breve llegamos al primer avituallamiento y primer control. Km 7,5. No paro, me encuentro bien y llevo agua suficiente. Aitor me coge un trozo de sandía y seguimos. Comenzamos a bajar por otro senderito, aunque esta vez sin peligro alguno más que como mucho una culada si resbalas, así que aprovechamos a ir pasando gente aunque nos tenemos que salir del caminín y pisar terreno un poco más incómodo. Ahora tocaba bajar hasta Arrieta, a nivel del mar, corriendo por la playa. Es una pasada. Es un gustazo. Qué vistas. Qué ambiente. Más fotos y más vídeos que inmortalizan el momento, a pesar de que las imágenes quedarán grabadas en nuestras retinas.


Estamos en el segundo avituallamiento. Km 16,5. En esta ocasión sí paramos, aunque no nos entretenemos demasiado. Necesito beber un trago de agua de los de verdad. Llevo en la mochila, pero eso de sorbito a sorbito no sabe igual…. Nos echamos unas risas con el pulso de una de las voluntarias que atinaba bastante poco a la hora de rellenar las botellas de agua y más bien ponía a remojo el brazo de Aitor jajajaja.


Pasamos algunos tramos de piedras de playa incómodos, pero da igual, vamos andando y disfrutando del paisaje y del momento, que no hemos venido a por él pódium, así que hay que arriesgar lo justo. Nos hacen “cruzar” la carretera por unos agujeros que supongo serán para desalojar el agua de los barrancos en momentos de lluvia torrencial. No son muy grandes, así que toca ir agachados. Un par de críos nos indican el agujero por el que es mejor entrar, supuestamente el más grande, y a simple vista así es, así que por allí que vamos. Las piernas se resienten un poco de ir con las rodillas dobladas, y ya casi cuando estoy saliendo, “zasca”, leche que me doy en la cabeza… me miro por si el golpe ha sido mayor de lo que parecía, pero la sangre no llega al río, así que a seguir.


Llegamos a la última “cuestecita” de marras. No lo parecía, pero está empinada de narices, o se nos hace empinada, porque ya estamos en el km 18. El sol nos pega de pleno, no hay una triste nube y no sopla nada de aire. Ufffff. Pasito a pasito, como dice la canción, vamos subiendo. Uno pide una cerveza, otro pide dos… ya llevamos unas ocho y al final alguien grita, que narices de tanto botellín, un barril y lo arreglamos. Jajajaja. Entre risas y sufrimiento llegamos a lo más alto, donde hay mucha gente animando. Ya vamos enfilando para el pueblo y de esto que al entrar de nuevo en Haría, nos encontramos una rampa de cemento de aÚpa. Los gemelos arden un poco, pero Aitor me anima a seguir corriendo lo que pueda. Tenemos gente a la vista y hay que ir a por ellos. Es el km 21 y ya no queda nada…. Bueno pues hasta el 22 y pico todo es cuesta arriba, caguen la mar… pasamos a los que teníamos a la vista y vamos a por los siguientes, y por fin, llegamos a lo más alto para poder disfrutar de los últimos metros en bajada antes de llegar a meta.

Allí nos dan la bienvenida Ana, Santi y Depa (que ya estaba de speaker de nuevo y coreando nuestros nombres y el de nuestro gran equipo “Tortugas Trail León”).

Recogemos nuestra medalla finisher, a ducharse, y a seguir con las vacaciones, que aún quedaban días.


Que disfrute, que satisfacción, que alegría. Un nuevo reto conseguido, y lo mejor de todo, disfrutando de la carrera. Al final un décimo tercer puesto en mi categoría. Así que muy contenta, aunque hay que seguir trabajando jejejeje.

Sin duda unos días fantásticos y una carrera magnífica que han merecido la pena 100%.

Mónica.

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